EUSEBIO SACRISTÁN

EUSEBIO SACRISTÁN

Nació el P. Eusebio Sacristán y Villanueva en Bernardos, pueblo de la provincia y diócesis de Segovia, el día 14 de Agosto de 1866, y comenzó en su pueblo natal el año 1878 el estudio de la lengua latina, con ánimo de ingresar en el Seminario; pero, sintiendo fuertes impulsos de vocación religiosa a raíz de unas célebres Misiones que dieron los nuestros por aquellos pueblos de Castilla, ingresó en nuestro Postulantado de Segovia en 1879, cuando apenas contaba trece años de edad. Estudiadas las Humanidades en nuestro Colegio de San Gabriel, pasó a la Casa-Madre de Vich en 1881, donde hizo su noviciado, cursando al propio tiempo el primer año de Filosofía; y adoctrinado ya su espíritu y probado bajo el experto magisterio del Rdo. P. Girbau, profesó el 12 de Septiembre de 1882. El año 1883 y 1884 estudió Metafísica y

Etica en el mismo Colegio-Noviciado de Vich; del 84 al 85 cursó en Gracia el primer año de Teología Dogmática, y en 1885 se trasladó con los demás estudiantes teólogos a Santo Domingo de la Calzada, donde hizo también los Estudios Superiores de Derecho y de Moral, ordenándose de sacerdote el 16 de Marzo de 1889, a los veintitrés años de edad y siete de vida religiosa. Estas son las fechas concretas y auténticas de su carrera de estudiante. Su conducta moral durante este período de vida religiosa fue buena; las calificaciones de su aprovechamiento científico, excelentes; y un tierno amor al Corazón de María y un estudio afanoso de los clásicos castellanos fueron, a dicho de sus conocidos, los rasgos salientes de esta su época juvenil.

Ya sacerdote, el primer punto de su destino fue la Casa de Alagón, y en este Colegio de Postulantes desempeñó desde 1889 a 1892 el cargo de Coadjutor del Prefecto y el de Profesor de latín y de inglés. Robusto de alma y de cuerpo, con sólida cimentación literaria y científica, y sintiendo en el corazón la llama de apóstol que tan gloriosas fulguraciones había de dar años más tarde, el P. Sacristán anhelaba campo más ancho para su actividad misionera; y el Rmo. P. José Xifré, apreciando toda la múltiple energía concentrada de aquel joven sacerdote, lo agregó a la expedición de Padres y Hermanos que, con rumbo a Fernando Póo, salió de la penín13 de Marzo de 1892. Santa Isabel y Banapá fueron las dos Casas donde residió principalmente el P. Sacristán, y de ellas, como de dos centros de irradiación, partió su celo apostólico para difundirse heroicamente por bosques y reducciones, ganando para Dios muchas almas de infieles. Muy pronto, sin embargo, las fiebres palúdicas le postraron en cama, imposibilitándole para todo trabajo, y en Agosto de 1894 regresó a España, obedeciendo a órdenes del Reverendísimo P. General, el cual le destinó a la Casa de Gracia para que allí, con la bondad del clima y las condiciones de la Residencia, pudiera atender mejor a la salud de su cuerpo.

Sólo un año estuvo en la Casa de Gracia; porque cuando se abrieron al celo de nuestro Instituto las puertas de la vasta República del Brasil, fue el P. Sacristán uno de los que formaron la primera expedición que, con dirección a aquellas tierras hermosas, salió en el vapor Bearn el 24 de Octubre de 1895. La actividad del P. Sacristán en Brasil fue intensa, vasta, abnegada y triunfante. Ya el año 1897 figura como primer Consultor de la Casa de San Pablo; el 17 de Septiembre de 1899 fundó la Casa de Campinas, y elegido Superior de la nueva Residencia, levantó con el poder de su prestigio y de su celo el hermoso templo del Rosario; es Superior de la Casa de San pablo en 1905, allegando recursos y realizando en aquella iglesia la magnífica obra del camarín del Corazón de María y el altar mayor, de mármol de Carrara, y el año 1906, como premio de tanta fatiga y trabajo, fue elegido Delegado de la Cuasi-Provincia de Argentina y Brasil para el Capítulo General celebrado en Aranda de Duero.

Muy pronto se impuso el P. Sacristán en la ‘lengua portuguesa, y al mes de su permanencia en Brasil predicaba, con soltura y corrección, a sus oyentes en el dulce idioma del país. Misiones, Cuaresmas, Ejercicios a Sacerdotes y Religiosos, novenas, panegíricos, pláticas, retiros, toda forma de predicación sagrada tuvo en el celoso Misionero su hábil ministro y propulsor, y fue, desde que le conoció, uno de sus más grandes admiradores y amigos el Emmo. Cardenal Arcoverde, el cual más de una vez solicitó el concurso del P. Sacristán para obas de la gloria de Dios y delicados asuntos de su Archidiócesis.

Pero no fue el púlpito para el P. Sacristán el campo único de sus operaciones apostólicas durante su permanencia en Brasil; trabajó también con la pluma, ya traduciendo al portugués libros como El Devoto Josefino y el Maná del Cristiano, ya escribiendo innumerables artículos, primero como colaborador, y luego como Director del Ave Maria. Esta Revista, que se publicó al principio bajo la dirección de D. Tiburtino Nondin, y a expensas de Doña María Cándida Junker Alvarez, debe al P. Sacristán, principalmente, su difusión y prestigio. Comenzó muy humildemente, cori cuatro pequeñas páginas de ‘lectura quincenal y la tirada de 300 ejemplares; pero cuando el P. Sacristán asumió las responsabilidades de la dirección, mejoró rápidamente, con 16 páginas e ilustraciones, pero sin aumentar nunca el precio; se activó su propaganda; se lanzaron varios agentes de dentro y de fuera, a la recluta de nuevos suscriptores, y hoy, con sus 20.000 ejemplares de tirada, es en Brasil uno de los más prestigiosos órganos de la opinión.

En 1908, al formarse la Cuasi-Provincia de Argentina, cuyas casas estaban antes unidas a la Cuasi-Provincia del Brasil, el P. Sacristán quedó sin cargo, y el Rmo. P. Alsina lo llamó a España, destinándole provisionalmente a la Residencia de Lisboa, donde trabajó por algún tiempo en diferentes ministerios del Apostolado, hasta que volvió de nuevo a sus queridas Misiones de Fernando Póo, con objeto de .tomar datos para documentar y ampliar La Segunda Memoria de las Misiones de Fernando Póo, escrita por el Ilmo. y Rmo. P. Coll. Vuelto de Fernando Póo, fue destinado al Colegio de Segovia: allí fundó el periódico semanal titulado La Provincia de Segovia, que hoy continúa publicándose con el nombre de Avance Social, y al mismo tiempo que redactaba la Historia general de nuestra actuación en Fernando Póo, obra que por desgracia queda aún incompleta, se dedicó al ejercicio de las misiones, con gran fruto de las almas y no menor consuelo de su espíritu. En 1912 fue nombrado Superior de Zamora, cargo que dejó vacante el Rmo. P. Nicolás García al ser elegido Provincial de la Bética; en el trienio de 1913 a 1916 fue Superior de Bilbao; en los nombramientos de 1916 fue designado Superior de Tolosa, y en Octubre de 1917, renunciando su Superiorato de Tolosa, vino a Madrid con el cargo de Director de El Iris de Paz.

Cinco años y medio ha residido en esta Casa Generalicia de Madrid, trabajando incansablemente en el ministerio de la palabra y de la pluma, predicando misiones, novenas, ejercicios espirituales e innumerables pláticas de retiro a Religiosas, y escribiendo al mismo tiempo con una actividad febril en varias secciones de la Revista, como la de Semana Mariana, de Intenciones, de Actualidades, de Ojeada sobre la semana, de Críticas, de Misiones de Fernando Póo.

 No puede dudarse que nuestras Misiones del Golfo de Guinea han sido la preocupación constante del P. Sacristán durante los cuatro últimos años de su vida. Escribía y hablaba de ellas con tenacidad invencible; más de dos mil cartas dirigió en muy poco espacio de tiempo a diferentes personas de España y del extranjero, para intesesarlas en la conversión de los guineanos; en Madrid, Bilbao, Sevilla, Segovia y varias otras poblaciones, dio conferencias con proyecciones sobre asuntos de aquellas Colonias españolas, y siempre con éxito resonante y fructuoso; creó la Asociación de Los Apóstoles de Guinea, que se desarrolló rapidísimamente, formando con pequeñas cuotas y óbolos muy crecidas sumas de dinero para el rescate de infieles y la construcción y el sostenimiento de escuelas, templos y reducciones en aquellas apartadas islas; trabajó y preparó el ambiente para la publicación en España de una Revista nuestra de Misiones, que el día 1.0 de Octubre saldrá de Barcelona con el título de El Misionero; compuso durante dos años, con ayuda de otros, el Almanaque de las Misiones de Fernando Póo, el cual, junto con una hojita periódica, órgano de Los Apóstoles de Guinea, ha difundido por toda España el conocimiento de aquellas Misiones y ha despertado por ellas simpatía y predilección, y ha conseguido donativos muchos y muy valiosos para la expansión y prosperidad de la gran obra evangelizadora de aquellos nuestros heroicos Misioneros….. Trabajo inmenso, en verdad, el del P. Sacristán; sublime empeño de ideal y de obsesión, que multiplicó prodigiosamente sus energías y ennobleció su vida; pero que también causó el rápido desmoronamiento de aquel su cuerpo vigoroso, postrándole en cama con una terrible infección gastrointestinal, efecto, sin duda, de su trabajo excesivo, que no reconocía, a veces, ni orden, ni medida, ni tiempo, cuando el celo de las almas inflamaba su corazón ancho y bueno.

Enfermo de gravedad y atormentado de fiebres, aún soñaba en trabajar por sus Misiones, y acariciaba sobre ellas nuevos proyectos, y preguntaba por su Almanaque y por sus Apóstoles, y para ellos fue la última carta que escribió, con mano temblorosa, en el lecho del dolor. Un mes llevaba en cama: la ciencia le daba aún esperanzas de curación; pero una complicación cardíaca de última hora le arrebató inesperada y rápidamente al cariño de sus Hermanos en la noche del 29 de Mayo de 1923.

Así vivió y así murió el Rdo. P. Eusebio Sacristán. Fue un apóstol incansable de la gloria de Dios y de la salvación de las almas; fue un Hijo del Corazón de María, fervoroso y observante; fue un compañero condescendiente y jovial. Por eso será amada su memoria delante de Dios y de los Descanse en paz.

Juan Echevarrla, C. M. F,