RAFAEL MARÍA NZE

RAFAEL MARIA NZE ABUY

Nació en Puerto Iradier (Río Muni en la Guinea Española Continental), el 24 de septiembre de 1924. Realizados sus primeros estudios en el Colegio de la Misión de Río Benito, ingresó en el Seminario de Banapá donde cursó normalmente los estudios de la carrera sacerdote tal con las mejores calificaciones. Al terminarlos, sintiendo la llamada dé Dios a la vida religiosa, pidió el ingreso en nuestra Congregación. Dadas sus, excelentes cualidades de toda clase, consiguió sin dificultad ser admitido, y al efecto se trasladó a la Península, En el Noviciado de Salvatierra vistió el santo Hábito a 15 de julio de 1950 y, al año siguiente en la fiesta del Carmen, emitía sus primeros votos.

Ya profeso, pasó a terminar sus estudios teológicos en el Colegio Mayor de Santo Domingo de la Calzada, donde rápidamente fue recibiendo las distintas Ordenes, hasta ver coronados sus anhelos el 2 de mayo de 1954 con la unción sacerdotal; la recibió de manos del Excmo. P. Fr. Francisco Javier Ochoa, O. R. S. A. en la misma ciudad del Santo Bendito. Era el P. Nzé el segundo sacerdote claretiano nativo de las Misiones Guineenses.

Concluidos sus estudios sacerdotales ordinarios, durante dos años los amplió en el entonces Colegio Pontificio de Propaganda Fide, consiguiendo la Láurea en Misionología. A fines de 1957 y después de siete años de ausencia, regresaba a su ‘tierra natal, empezando su actuación sacerdotal misionera con el cargo de Profesor y Prefecto de Disciplina en el Seminario de Banapá; pero luego motivos urgentes de salud le obligaron a salir nuevamente de Guinea, buscando un clima más propicio en la Península, Durante este período de obligado reposo, la inauguración del Teologado Interprovincial de Salamanca, en 1960, ofreció a los Superiores oportunidad incluir en el primer Claustro de Profesores, encargándole la Misionología y la Historia de ‘las Religiones. Las tareas de la cátedra no le estorbaron alternar sus actividades de Profesor con las del alumno de Derecho en la Pontificia Universidad Salmantina, obteniendo el Doctorado en dicha asignatura,

Conocedor el P. Nzé de varias lenguas extranjeras, algunas las ha perfeccionado en las respectivas naciones durante las vacaciones estivales. En una de estas ausencias científicas le ha sorprendido, en Alemania, su elevación al Episcopado.

Todos los hermanos de Congregación —y Annales se honran haciéndose sus intérpretes— nos congratulamos de su exaltación y le auguramos largos y fecundos años de Pontificado, para gloria de Dios y lustre de la Congregaci6n y de las Misiones que en la persona del primer Prelado claretianoguineense reciben un nuevo timbre de gloria.

La consagración de Monseñor Nzé Abuy

El 12 de diciembre de 1965 tuvo lugar en la basílica madrileña de San Francisco el Grande el acto solemne de su consagraci6n episcopal conferida por el Arzobispo de Madrid don Casimiro M01Cillo y por los Viarios Apostólicos de Darién y Fernando Póo, Padres Jesús Serrano y Francisco Gómez, Fueron padrinos el Jefe del Estado General Francisco Franco y su esposa doña Carmen Polo de Franco, representados por el Ministro de Justicia, don Antonio María Oriol y su esposa doña Soledad Bustamante que ocupaban puesto en el presbiterio, como también los familiares del nuevo prelado y un grupo de religiosos claretianos procedentes de Roma, de Guinea o representantes de numerosas instituciones eclesiásticas y civiles de España y de África. Desde Alemania viajaron expresamente sus amigos y bienhechores el doctor Carlos Mathelts y doña Mariana Raffelt, él en representación del hospital de San José de Essen en donde Monseñor había actuado de capellán y ella por la parroquia en donde ejerció el apostolado durante estudios en el verano.

A continuación se obsequió a los invitados con un vino en los mismos locales del convento franciscano. Días después estrenó su potestad espiritual confiriendo órdenes a unos sesenta seminaristas del Teologado Claret de Salamanca.

En su escudo episcopal figuran la cruz, como símbolo de redención universal; la palmera, que es el árbol simbólico de Guinea; la desembocadura d río Muni, que da nombre al Vicariato y una antorcha encendida que empuña la mano negra, que es el “ndzuma” pamue, la que blandía el jefe de la tribu al presidir las marchas o los actos solemnes de la comunidad tribal. “Para mí —explica Monseñor— jefe de aquella comunidad del pueblo de Dios, significa la antorcha de la fe y el anuncio del Evangelio.

La visita de Juan Pablo II a Guinea Ecuatorial

Tocó a Monseñor Nzé, después de su regreso del destierro y de reposición como obispo de su tierra, la dicha que ninguno de sus predecesores alcanzó y quizás ni soñó: recibir la visita del Vicario de Cristo. Efectivamente en el viaje apostólico del Papa al Africa en febrero de 1982 le tocó el turno al Africa Ecuatorial el día 18. Luego, el Papa, acompañado de las personalidades de su séquito, del Nuncio Apostólico Mons. Donato Squicciarini y del Obispo local Mons. Nzé, tomó otra vez el avión para trasladarse a Bata, la ciudad religiosa y civilmente más importante de Guinea Ecuatorial.

Al terminar el acto poco antes de las dos, el Pontífice consagró a la Virgen todo el pueblo de Guinea pronunciando una plegaria. Después, como recuerdo de la visita, donó a Monseñor Nzé la casulla y el cáliz con que había celebrado.