Donato Berenguer

  1. DONATO BERENGUER ASELLERÉS, Misionero Claretiano

Nació en Cedó, provincia de Lérida y diócesis de Urgel, el 25 de octubre de 1816. Hizo la carrera eclesiástica en dicho obispado y en los años 50 era párroco de Pardinas. Su contacto con la congregación claretiana comenzó, lo más tarde, en junio de 1856, en unos ejercicios espirituales realizados en La Merced bajo la dirección del P. Esteban Sala. En los años siguientes repitió, en 1858 y 1859 bajo la dirección del P. Fábregas, y en 1857 y 1860 bajo la del P. Xifré. Seguramente fue en estos ejercicios, iniciados el 18 de junio, cuando pidió ser admitido en la Congregación. El P. Xifré percibió inmediatamente dos impedimentos: el tener ya 43 años de edad y el haber cursado “carrera corta”, factores excluyentes según las Constituciones. No obstante, a la vista de las relevantes cualidades del candidato, consideró conveniente consultar el caso con el Fundador, a quien escribió nada más concluir los ejercicios, el día 25. Éste fue del parecer que se le admitiese a condición de que en la Congregación “estudiase privadamente los años que le sean posibles y cada año sea examinado y aprobado y añadido a los cursos anteriores” (EC II, p.148).

Ingresó en Vic el 7 de noviembre de 1860; y exactamente un mes después de concluir el año de prueba, el 7 de diciembre de 1861, se incorporaba a la recién fundada comunidad de Segovia. De inmediato se entregó a la tarea evangelizadora del contorno con éxito arrollador. De él y sus compañeros escribía el P. Claret el  29 de diciembre: “Los misioneros de Vich, que son seis, que han ido a Segovia, sé que están haciendo mucho fruto, gs. a Dios” (EC II, p.407).

En aquella casa, en el verano de 1862, conoció al Fundador y en su presencia realizó, junto con el resto de la comunidad, el Acto de Consagración el día 25 de agosto, de acuerdo con lo decidido por el Capítulo General celebrado en Gracia del mes anterior.

Durante el verano de 1866, mientras D. Carmelo Sala tomaba los baños en su tierra valenciana, el P. Berenguer desempeña la función de familiar-capellán del Fundador, que, agradecido, escribe al P. Xifré: “me ha hecho compañía el S. D. Donato, gracias al S. D. Clemente que así lo dispuso, y a V que así lo aprobaría” (EC II, 1034s).

En agosto de 1868 fue destinado el P. Donato a la nueva fundación de la Selva del Campo, destino efímero, pues se realizó ya en vísperas de la revolución, que obligaría a la Congregación a clausurar todas las comunidades y precisamente tendría su primer mártir en La Selva. En las consabidas peripecias de la revolución, consiguió incorporarse al grupo que el P. Xifré reunió en Prades. Desde allí fue destinado a la nueva fundación de Argel, a donde llegó el 26 de octubre de 1869.

Pero su estancia en África no fue duradera, pues en de 1872 el P. Xifré le llamo a Prades para, desde allí, enviarle a Chile en la segunda expedición de misioneros a tierras americanas; él y otros dos compañeros llegaron a Santiago el 22 de mayo. Allí trabajaría el P. Donato durante una década, residiendo en Santiago y desempeñando el cargo de superior. Fue el promotor de la construcción del templo en honor del Corazón de María, aprobada por el P. Xifré en la visita canónica de 1874.

El P. Donato Berenguer falleció, con fama de santidad, el 29 de diciembre de 1882. En 1890 sus restos fueron trasladados del cementerio a la iglesia cuya construcción él había promovido.