ABRIL

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1843 En Igualada, donde ha concluido la Cuaresma, predica el célebre Sermó del Sant Crist, que lo hacía siempre un predicador de prestigio, en conmemoración de la batalla de Bruc (contra la invasión francesa).

1849 En su viaje de regreso de las Islas Canarias a la Península, desembarca en Lanzarote, donde predicará varios días. Por condescencia con su compañero, viaja hasta Teguise en camello, por lo que no es reconocido por la gente.

NUEVA EXPANSIÓN (1922-1934)

ACTIVIDAD EN ESTADOS UNIDOS

El año 1928 se incorporaron a la Provincia de Estados Unidos las dos casas de Inglaterra, Hayes y Loughton. Allí se envió un buen número de claretianos. Esta dependencia duró hasta 1936 en que se creó la Visitaduría Independiente de Inglaterra. A partir de estos años fue aumentando la actividad pastoral en los Estados Unidos, especialmente en la zona de Chicago. En 1928 se asumió la parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe, donde en 1929 se inauguró la Novena Perpetua a San Judas por iniciativa del P. Jaime Tort, quien creó en el mismo año la Liga de San Judas y en 1932 la Liga de la Policía de San Judas. Otras fundaciones de esta época fueron: El Paso (Texas, 1932), La Palma (Panamá) y los seminarios menores de Walnut, California y de San Judas en Momence (Illinois, 1934). En 1935 se creó también la Editorial Claretian Publications en Chicago. Con la depresión de los años 30, la guerra civil española del 36 y después con la Segunda Guerra Mundial, la Provincia tuvo necesariamente que detener proyectos.

BERNARDO SALA

Hermano del P. Esteban Sala (1810-1885)

San Martin de Sescors (Barcelona, España). En 1827 tomó el hábito benedictino. Tras la exclaustración, se refugió en el monasterio de San Martin de Scalis (Palermo, Sicilia), donde fue bibliotecario y profesor. Debido a la revolución de 1848 tuvo que abandonar el monasterio y regresó a España. A través de su hermano Esteban conoció laCongregación recién fundada e ingresó en ella el mismo año. Formó parte del segundo Capítulo General. Sucedió a su hermano en la direcciónde las Carmelitas de la Caridad en 1854. Ayudó mucho con sus conferencias a los primeros claretianos. En 1875, una vez reorganizada la comunidad benedictina de Montserrat, se reintegró a aquel monasterio, donde fue Maestro de novicios y profesor. Era ante todo un estudioso, un especialista en liturgia y un excelente profesor. Redactó y publicó catorce obras originales y, ya en vida, tuvo un gran éxito editorial. Falleció el 18 de abril.

Misionero en Gran Canaria

Salimos de Madrid para  Sevilla,  Jerez y Cádiz, en que prediqué, y nos embarcamos para Canarias. A principios de febrero llegamos a Tenerife, en que prediqué el domingo, y el lunes salimos para la Gran Canaria. Diejercicios espirituales a los sacerdotes en un salón de Palacio, y el Señor Obispo presidía todos los actos. También di ejercicios a los estudiantes del seminario e hice Misión en todas las Parroquias de la Isla de la Gran Canaria (Aut 480).

Con mucha frecuencia tenía que predicar en las plazas, porque en los templos no cabía la mucha gente que se reunía en cada población para oír la santa Misión… (Aut 481).

Lo que más me apuraba era el oírlos a todos en confesión general como deseaban hacerla. Al efecto, decía a los demás sacerdotes que me ayudasen y les decía cómo lo habían de practicar para hacerlo bien y prontamente… (Aut 482).

Cuando concluía la Misión, toda la gente de la población me salía a acompañar y la de la población adonde iba me salía a recibir. Los primeros me despedían con lágrimas y los segundos me recibían con alegría… (Aut 483).

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

 

Durante quince meses, Claret tuvo la oportunidad de evangelizar la isla de Gran Canaria. Pudo hacerlo sin ningún tipode estorbo político y con la gozosa acogida de la población.

  • Recuerda una de tus experiencias misioneras más satisfactorias y gratificantes: ¿Qué sucedió? ¿Cómo te sentiste? ¿Qué supuso aquello para tu vocación?

“Hemos nacido para manifestar la Gloria de Dios que está en nosotros. No en algunos de nosotros; en cada uno. Y así como nosotros dejamos que nuestra luz brille, inconscientemente damos permiso a otros para que hagan lo mismo” (Marianne Williamson).