ENERO

01

1848. Comienza en Barcelona una novena al Corazón de María, que la compatibilizará con Ejercicios Espirituales a dos grupos de religiosas, las Magdalenas y las Jerónimas.

1862. D. Dionisio González, en calidad de vicepresidente de El Escorial, publica una valiente carta abierta en defensa de Claret frente a críticas injustas en las Cortes de Madrid.

1866. Claret pasa la Nochevieja y el Año Nuevo con los seminaristas de El Escorial, después de seis meses de ausencia por el reconocimiento del reino de Italia por parte de la Reina Isabel II.

LA FUNDACIÓN (1849 -1858)

AMBIENTE HISTÓRICO DE LA FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN

Antonio Claret nace en Sallent (Barcelona) el 23 de diciembre de 1807. En aquel entonces, España se hallaba envuelta en guerras políticas, ocasionadas por los partidos liberal y tradicionalista. Amainado el temporal político, el P. Claret decidió fundar su obra predilecta: la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Las leyes persecutorias de los gobiernos liberales y la supresión de las Órdenes religiosas con la llamada desamortización (1835-1836) habían desmantelado y prohibido las formas tradicionales de evangelización y la escasez de predicadores era un gran desafío. Pero Claret aprovechó un período de relativa calma política, en manos de los políticos liberales más moderados, para dar el paso decisivo, que tanto le había preocupado en la vida, de fundar un Instituto Misionero. Pronto volvieron los tiempos de inestabilidad política que influirían en los primeros pasos de la neonata Congregación y le impedirían un rápido crecimiento.

ALFREDO MARIO ESPÓSITO, CMF

Obispo de Zárate-Campana (Argentina) (1927-2010)

Nápoles (Italia). Aunque nacido en Nápoles, era de nacionalidad argentina, puesto que su padre desempeñaba el papel de cónsul argentino en aquella ciudad y allí vivía la familia. Luego tuvo que recorrer diversos países debido a la profesión de su padre. De 1938 a 1945 cursó el bachillerato en el Colegio Corazón de María de Las Palmas de Gran Canaria. Vuelto a Argentina en 1946, entabló relación con los claretianos de Constitución, en Buenos Aires. Ese mismo año entró en el noviciado. Se ordenó de sacerdote en 1954. En 1966 era nombrado Superior Provincial de Argentina, a la que acompañó en su proceso de renovación conciliar. En 1972 fue elegido Consultor y Vicario General. Poco después, en 1976, era nombrado obispo de Zárate-Campana, una diócesis recién creada. Con la ayuda de la Congregación trabajó misioneramente en su diócesis, aunque por breve tiempo debido al deterioro de su salud. En 1991 se produjo su dimisión. Su vida se apagó finalmente en su retiro de San Camilo.

 

Reflexionar la propia vida

Habiéndome pedido el señor D. José Xifré, Superior de los Misioneros de los Hijos del Corazón de María, diferentes veces de palabra y por escrito una biografía de mi insignificante persona, siempre me he excusado, y aun ahora no me habría resuelto a no habérmelo mandado; y así únicamente por obediencia lo hago, y por obediencia revelaré cosas que más quisiera que se ignorasen; con todo, sea para la mayor gloria de Dios y de María Santísima, mi dulce Madre , y confusión de este miserable pecador. Dividiré esta Biografía en tres partes (Aut 1).

La primera parte comprenderá lo que principalmente ocurrió desde mi nacimiento hasta que fui a Roma (1807- 1839). La segunda contendrá lo perteneciente al tiempo de las Misiones (1840-1850). La tercera, lo más notorio que ha ocurrido desde la Consagración de Arzobispo en adelante (1850- 1862) (Aut 2).

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

Escribir su autobiografía significó para Claret una buena oportunidad para reflexionar sobre su vida. Esta es también una oportunidad para reflexionar sobre tu vida y su sentido.

  • ¿Qué momentos reconoces como más importantes en la historia de tu vida?
  • ¿Cómo te sientes al volver a la autobiografía del P. Claret y al hacer memoria de tu propia biografía? ¿Qué personas te han acompañado en los momentos más significativos?

“Para edificar y mover a las gentes, el mejor y más eficaz medio es el ejemplo, la pobreza, el desprendimiento, el no comer, la mortificación, la abnegación” (Aut 135).