FEBRERO

25

 

1847. La guerra dels Matiners y persecuciones expresamente contra Claret le obligan a concluir sus predicaciones en la archidiócesis de Tarragona.

1848. En Sevilla visita y predica en la catedral y ve bailar a los Seises (quizá le sirven de inspiración para el futuro culto de El Escorial).

1854. Por estos días escribe al capitán general de Cuba lamentando el poco apoyo recibido en el arreglo de los matrimonios; amenaza una vez más con marcharse y llevarse a sus misioneros.

PRIMERA EXPANSIÓN (1870-1899)

La revista Ave María

Un católico brasileño, D. Tiburtino Martín, gran devoto de la Virgen, fundó en Sâo Paulo en 1898 la revista Ave María con la que pretendía la cristianización de todo el Brasil. Era una revista bimensual de cuatro páginas y 300 ejemplares de tirada. Poco hubiera durado si no se hubieran hecho cargo de ella ya al año siguiente los misioneros claretianos llegados a São Paulo. El crecimiento de la revista fue espectacular. Cuando no habían trascurrido seis meses ya se tiraban 3.000 ejemplares. En 1908 era ya la revista con más suscriptores de todo Brasil con 8.500 ejemplares hasta alcanzar los 50.000 semanales. Se convirtió también en un gran medio de información católica, lo que hizo extenderse en toda la república el prestigio de la Congregación. Supo colaborar de un modo eficaz con la jerarquía eclesiástica brasileña, ayudando técnica y económicamente al resto de la prensa católica. Tras más de un siglo de existencia, se ha convertido en un gran emporio editorial, centrándose fundamentalmente en la difusión de la Biblia.

Beatificación del P. Claret

El 25 de febrero de 1934 se obtuvo el primer fruto de los desvelos de los claretianos al ver a su Fundador beatificado. Una vez reunido el clero ante el altar de la Basílica de San Pedro, el Postulador, P. Felipe Maroto, presentó el breve apostólico. Cantado el Te Deum y descorrido el velo en la Gloria de Bernini, los hijos de Claret pudieron contemplar a su padre y fundador elevado a los altares. La voz de Pio XI resonó fuerte: Tenemos un nuevo Beato…una figura verdaderamente grande…Apóstol infatigable…y, además, organizador moderno. Muchos fueron los decretos, discursos y felicitaciones llegados de todas partes. Pero lo más expresivo fue sin duda la alocución del papa Pío XI y sus palabras dirigidas al pueblo y a la Congregación. Algunas de ellas: Felicitaciones para España… por este héroe de santidad que tan bien conoció a su España, a la que consagró su vida entera bajo todas las modalidades, hasta en las turbulencias y peligros de los preludios de una revolución.

Hospitalidad y amabilidad

Aquella misma tarde en que Dios Nuestro Señor y la Santísima Virgen me libraron de los ladrones, por ser sábado, entré en el primer pueblo de Francia, que se llama Auseja. Fui muy bien recibido… (Aut 126).

Al llegar a Marsella, un sujeto se juntó conmigo por el camino, me llevó a una casa en que estuve muy bien durante los cinco días que tuve que estar en Marsella para esperar embarcación… (Aut 127).

Finalmente, llegó la hora de la embarcación, que fue la una de la tarde. Un poco antes se me presentó a mi cuarto, cogió mi hatillo y de todos modos lo quiso llevar, y así, los dos solitos, nos dirigimos al puerto y frente al buque nos despedimos; pero todos aquellos cinco días estuvo conmigo tan fino, tan atento, tan amable y tan ocupado de mí, que parecía que su gran Señor le enviaba para que me cuidara con todo esmero; más parecía ángel que hombre; tan modesto, tan alegre y grave al mismo tiempo, tan religioso y devoto… (Aut 128).

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

 

  • ¿Has reconocido la providencia de Dios sobre tu vida en alguna experiencia de hospitalidad y amabilidad?
  • ¿Cuál es tu actitud frente a las personas extranjeras e inmigrantes?
  • Recuerda a las personas inmigrantes a las que hayas ofrecido ayuda y hospitalidad.
  • Película: “La Buena mentira”.

 

“Nuestra vocación misión en la Iglesia es una gracia,
fruto del Espíritu Santo que derrama sus múltiples dones libremente.”

(MCH 126)