FEBRERO

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1846. Comienza una misión en Valls (Tarragona).

1860. Asiste a la función presidida por el nuncio en San Isidro (Madrid) como acción de gracias por los triunfos en la guerra de África.

1868. La administración de las fincas de El Escorial hace que cada día tenga nuevos disgustos. Han vendido al ayuntamiento una casa que el monasterio poseía en Madrid para pagar con su importe otra propiedad.

PRIMERA EXPANSIÓN (1870-1899)

El ministerio de la enseñanza

Cuando las autoridades civiles españolas concedieron en 1885 la autorización a la Congregación para poder enseñar ya había escuelas en Segovia (1884), Toluca (1884), Gracia (1885), y en los años siguientes se crearon en otras casas como Zafra, Alfaro, Calatayud, Medina de Rioseco, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, etc. Como ya dijimos anteriormente, el P. Claret escribió en 1869 al P. Xifré mostrándole su acuerdo en abrirse a la enseñanza, y había pensado que los Hermanos podían llevar a cabo este ministerio, pero el P. Xifré creyó más conveniente destinar también a Sacerdotes. Al principio, el P. Xifré no era muy entusiasta de la idea, pensando que nuestro apostolado debía concentrarse en la predicación. Probablemente esta fue una de las razones del fuerte aumento de los Hermanos en aquellos años: la restructuración de viejos edificios y la enseñanza. En efecto, véase en las estadísticas como en los años ochenta y noventa del siglo XIX hubo más Hermanos que Padres en la Congregación.

Leoncio Fernández, CMF

Vicario Apostólico de Fernando Póo (1892-1957)

Tosos (Zaragoza, España). Destinado a las Misiones de Fernando Póo en 1917, su divisa fue siempre: Me gastaré y desgastaré por vuestras almas. Pronto el P. Nicolás González le quiso a su lado para hacer la visita a la misión de Bata. Y allí se quedó. Después fue nombrado superior de Rio Benito y de Bata. Como buen conocedor que era de la lengua fang, pronto comenzó a internarse en el continente a la búsqueda de nuevas fundaciones. En 1930 fue nombrado miembro del Gobierno Provincial y hubo de trasladarse a Santa Isabel. Y de allí a España al recibir el nombramiento de Vicario Apostólico. Recibió la consagración episcopal en Barcelona. Fue un gran reformador en todos los sentidos, también en el aspecto material, y fundó las misiones de Ebebiyin y Akonibe. Promovió las vocaciones nativas. El Gobierno Español lo condecoró con la Cruz de Isabel la Católica y la Cruz de África. Fue un obispo pobre, caritativo y compasivo.

Ministro de la Palabra

En las témporas de Santo Tomás del mismo año de 1834 recibí el diaconado. Cuando el Prelado, en la ordenación dijo aquellas palabras del Pontifical que son tomadas del Apóstol San Pablo: No es nuestra lucha solamente contra la carne y la sangre, sino también contra los príncipes y potestades, contra los adalides de estas tinieblas…, entonces el Señor me dio un claro conocimiento de lo que significaban aquellos demonios que vi en la tentación de que ya se ha hecho mención en el capítulo anterior (Aut 101).

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

 

Claret comprendió en su ordenación diaconal que Dios lo constituía ministro de la Palabra.

  • ¿Qué importancia tiene la Palabra de Dios en tu vida?
  • ¿Está tu ministerio centrado en el anuncio de la Palabra de Dios?
  • ¿Cómo es tu actitud de “diakonía” hoy?

 

“La limitación de los recursos naturales, algunos de los cuales no son,
como suele decirse, renovables. Usarlos como si fueran inagotables,
con dominio absoluto, pone seriamente en peligro su futura disponibilidad,
no sólo para la generación presente, sino sobre todo para las futuras.”

(Juan Pablo II, Sollicitudo rei Socialis, 34).