FEBRERO

08

 

1844. Recibe la profesión religiosa de las dos primeras Carmelitas de la Caridad.

1848. Llega a Madrid camino de Canarias. Se hospeda en la casa del Sr. José María Ramírez Cotes, con quien vive D. Fermín de la Cruz, ambos muy relacionados con la nunciatura. Allí conoce también a D. Juan N. Lobo, al jesuita P. Carasa, a la M. Sacramento… y se encuentra por última vez con su amigo D. Jaime Balmes, ya gravemente enfermo.

1858. Desde Madrid comunica a sus familiares la gran indecisión en que se encuentra. No sabe si seguir en Madrid o qué rumbo tomará.

PRIMERA EXPANSIÓN (1870-1899)

Las misiones del Golfo de Guinea

Desde 1858 se encargaban de este Vicariato los jesuitas. En 1868 se les retiró la subvención estatal, y se marcharon definitivamente en 1872. Las cosas fueron mal en aquella misión hasta que, finalmente, en 1882 se invitó al P. Xifré a asumirla. Con la aceptación se conseguía, además, la exención del servicio militar, que duraba tres años, para los jóvenes misioneros en formación, exención muy deseada por el P. Xifré. Una vez aceptada, la primera expedición, de 12 misioneros voluntarios, fue enviada en 1883. El P. Ciriaco Ramírez iba designado como Prefecto Apostólico.

Se repitió aquí algo parecido a cuanto había sucedido en Cuba. Muchos jóvenes Misioneros murieron, incluso pocos días o semanas después de llegar. Y en España hubo muchos Claretianos que se ofrecieron para ir a reemplazar a los que morían. Un gran ejemplo, podríamos decir, de martirio, porque, en efecto, luego muchos de ellos siguieron muriendo. Tanto que el P. Xifré tuvo que poner un freno, porque eran demasiados los que querían ir a aquella misión.

João de Castro Engler, CMF

Consultor General (1910-1992)

Campinas (Brasil). Hizo sus primeros estudios en Campinas, y de 1922 a 1925, en el seminario menor claretiano de Guarulhos. Se dedicó fundamentalmente a la enseñanza de la Teología. Estudió en Brasil y en Roma, donde se ordenó de sacerdote en 1936. Doctorado en Dogmática en la Universidad Gregoriana, enseñó teología en el seminario mayor claretiano de Albano-Laziale (Italia) y después en los de Garulhos y Curitiba (Brasil) del que fue Rector. De 1954 a 1960 fue Provincial de Brasil Meridional. En esta época fue catedrático (fundador) de Lengua y Literatura Latina en la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de Paraná (federal). El año 1961 fue nombrado miembro del Gobierno General hasta 1967. Al mismo tiempo, fue Director del Claretianum de Roma y profesor. Vuelto a Brasil, fue nombrado Director del Studium Theologicum de Curitiba y profesor. Después de nueve años de enfermedad, murió en Rio Claro.

Encuentros providenciales

A los primeros del mes de Setiembre del año 1829 salí de Barcelona y mis Padres quisieron que fuera a Sallent… Estuve en su compañía hasta el día de San Miguel, día 29, que salimos después de oída la Santa Misa… Por la noche, enteramente calados, llegamos a Vich (Aut 83).

El día siguiente fuimos a ver al Señor Obispo, que era D. Pablo de Jesús Corcuera. Nos recibió muy bien… Me colocaron al lado del Señor mayordomo de palacio, llamado D. Fortián Bres, Sacerdote muy bueno, que me quería muchísimo. Estuve con él durante toda mi permanencia en Vich… (Aut 84).

A los primeros días de hallarme en Vich pedí que me dijeran qué sacerdote sería a propósito para hacer con él una Confesión general. Me indicaron un Padre de San Felipe Neri llamado Pedro Bach. Con él hice mi confesión general de toda mi vida, y después siempre más continué confesándome cada semana con el mismo Padre, que me dirigía muy bien. Y es digno de ser notado cómo Dios se ha valido de tres padres del Oratorio de San Felipe Neri para aconsejarme y dirigirme en los tres momentos más críticos de mi carrera espiritual… (Aut 85).

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

 

Claret reconoce que Dios le puso varias personas significativas para que le ayudaran en su camino formativo.

  • ¿Cuáles son las personas que más han marcado tu formación inicial?
  • ¿Qué recuerdas de aquellas primeras experiencias?
  • Recuerda las mediaciones de las que se ha valido Dios contigo.
  • Escribe una oración de agradecimiento.

 

“Quienes son ya ricos están obligados a aceptar un tenor de vida menor,
con menos desperdicio, para evitar la destrucción de la heredad
que están obligados por absoluta justicia a compartir
con los demás miembros de la raza umana”

(Justitia in Mundo, 70. 7).