FEBRERO

03

 

1847. Viaja de Poboleda a Tarragona para presentarse al comandante, a causa de unas calumnias anónimas. Es declarado inocente.

1865. El periódico La Esperanza sale en su defensa frente a la edición espuria del libro La Llave de Oro.

1866. Apoya la decisión del Gobierno General de la Congregación de levantar la precaria fundación de Huesca; sin embargo, esta se conservará e incluso resistirá el embate de la revolución.

PRIMERA EXPANSIÓN (1870-1899)

La restauración en España

El 5 de octubre de 1875 llegaba a Thuir, enviada por el P. Xifré, la copia de la Real Orden por la que los Misioneros podían volver a sus posesiones de antaño en España. El rey Alfonso XII había entrado ya en Madrid. Se recuperaron las casas de Vic, Segovia y La Selva del Campo. Los de esta última fundaron pronto en Tarragona, donde se había estado ya desde 1872, pero se había tenido que abandonar. Se recuperaron también las casas de Gracia y Huesca. En 1876, del 9 al 13 de julio, se celebró el IV Capítulo General, en el que fue reelegido el P. Xifré y los mismos auxiliares del Gobierno: el P. Clotet como subdirector y los PP. Clemente Serrat, Lorenzo Font y Domingo Solá como consultores. El P. Xifré pensó que la Congregación no estaba todavía preparada para dividirse en Provincias, por eso prefirió mantenerla centralizada. Se tomaron algunas decisiones respecto a los Visitadores de las casas de América.

Joaquín de Isla Fernández y Pantoja

Marqués del Arco (1822-1912)

Madrid (España). Era IX Marqués del Arco y VI Conde de Isla Fernández. Claret era su director espiritual. Y fue uno de los que más utilizaron sus certeras orientaciones en sus visitas a Segovia. Consultó con el P. Claret un caso de conciencia a raíz de su llegada de Cuba, siendo tan excelente la impresión recibida, que desde entonces lo trató como amigo y durante siete u ocho años lo siguió como director espiritual. Hospedado Claret en la casa del Marqués, recibió el aviso de un crucifijo: La mortificación enseñarás a tus misioneros, Antonio. Este crucifijo se conserva en el Santuario del Corazón de María de Madrid. Murió el 2 de febrero en Madrid. Cuando ya era un viejecito, pequeño y encorvado bajo el peso de los muchos años, todavía se le veía en el segoviano convento de San Gabriel donde residían los claretianos a los que tanto quería y con los que gustaba vivir en comunidad.

Estar a punto de perder la vida

En aquel verano último, la Santísima Virgen me preservó de ahogarme en la mar. Como trabajaba mucho, en los veranos lo pasaba muy mal, perdía enteramente el apetito, y hallaba algún alivio con irme a la mar, lavarme los pies y beber algunos sorbos de aquella agua. Un día que a este intento fui a la mar vieja, que llaman, tras la Barceloneta, hallándome en la orilla del mar, se alborotó de repente, y una grande ola se me llevó, y después de aquella, otra y me vi de improviso muy mar adentro, y me causaba admiración al ver que flotaba sobre las aguas sin saber de nadar, y, después de haber invocado a María Santísima, me hallé en la orilla del mar, sin haber entrado en mi boca ni una gota de agua. Mientras me hallaba en el agua estaba con la mayor serenidad; pero después, cuando me hallé en la orilla, me horripilaba al pensar el peligro del que había escapado por medio de María Santísima (Aut 71).

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

 

  • ¿Has estado alguna vez a punto de perder la vida? ¿Has superado algún peligro espiritual que podía poner en riesgo tu vida misionera?
  • ¿Te ha parecido percibir la Providencia de Dios y la protección de María en aquellos momentos?
  • En actitud de oración rezo con las palabras del salmista: “Aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo.” Repasa los “no temas” que has vivido y escuchado del Señor, porque él va contigo.

 

“Os digo con franqueza que yo, al ver a los pecadores,
no tengo reposo, no puedo aquietarme, no tengo consuelo,
mi corazón se me va tras ellos”

(Aut 211).